El sorgo, el cereal versátil que resiste a la sequía
31 de enero de 2022
PUBLICADO EN ABC DE SEVILLA 31/01/2022
El sorgo es el quinto cereal en importancia del mundo, después del maíz, el trigo, el arroz y la cebada. Con un total de 49 millones de hectáreas a nivel global, su cultivo está en auge en Europa, principalmente porque es un cereal que se adapta muy bien al cambio climático.
De hecho, en 2020, la superficie sembrada de sorgo aumentó un 18% en la Unión Europea. Este aumento se aplica tanto al sorgo en grano (+20%) como al sorgo forrajero (+12%).
Se trata de un cultivo que requiere pocos insumos y necesidades de agua, registrando una alta tolerancia a la sequía. Y es que su sistema radicular puede llegar en terrenos permeables hasta dos metros de profundidad.
Otro de sus puntos fuertes está en su versatilidad, ya que su grano tiene usos tanto en la alimentación humana (el sorgo blanco, aunque es poco usual) como en la alimentación animal (sorgo forrajero). Además, tiene interés por su uso como cultivo bioenergético, existiendo variedades de sorgo que se utilizan para la fabricación de biocarburantes.
Su resistencia a la sequía y al calor lo hace un cultivo importante en regiones áridas, estando Estados Unidos, Nigeria o India entre los principales productores. Andalucía es una región cada vez más propensa a lidiar con sequías prolongadas, como la actual. Y si bien el cultivo del sorgo todavía no tiene apenas presencia en el campo andaluz, eso podría cambiar en pocos años, pues ya se están produciendo sus semillas en Andalucía.
Secaderos
De hecho, la multinacional semillista Lidea ha consolidado una tecnología para producir semillas de sorgo en la zona de La Janda (en Cadiz), ya que «es una especie muy complicada de producir», asegura el director de operaciones, José Antonio García de Tejada.
El auge por el cultivo ha supuesto para la compañía semillista triplicar su producción, ofertando en 2021 «una cantidad de 1.200 toneladas de semillas de sorgo que se exportan en su totalidad a toda Europa». No en vano, el 20% de las superficies sembradas con sorgo en la Unión Europea utilizan variedades Lidea.
La compañía tiene en Cádiz su semillero de sorgo, con unas 300 hectáreas de cultivo, que hay que cosechar con un 25% de humedad para evitar las enfermedades de último ciclo y no partir la semilla, porque es muy delicada la germinación. Por lo tanto, «hemos invertido en unas instalaciones, montando una red de secaderos para el grano, logrando así una calidad excepcional».
En Andalucía la compañía semillista logra «un rendimiento para producción de semillas de sorgo que duplica el logrado en Francia». Y es que «los rendimientos en La Janda varían entre ocho y diez toneladas por hectárea».
Se trata de un cultivo que «puede ser una alternativa en las rotaciones, dada su rusticidad, o en sustitución del maíz si se hace inviable por falta de agua, ya que su precio es muy similar en el mercado», apunta el directivo de Lidea, García de Tejada.
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